Texto: Juan 11:1-45
Resumen: Jesús tiene el poder de resucitarnos de la muerte. Es natural y apropiado para nosotros que nos aflijamos cuando alguien se muere.
Dedicatoria: En memoria de Pam, nuestra vecina (1959-1998). Te amamos.
Más o menos una semana atrás una buena amiga, una vecina, fue llamada por el Señor. Era una mujer amable, de solo 39 años, quien criaba a sus hijos bien, amaba a su familia y amigos, y faltará dolorosamente. Murió de cáncer. ¿Alguna vez has perdido a alguien que amabas? ¿Te preguntaste que pasa cuando morimos?

Miremos la historia de Lázaro, quién era un amigo de Jesús. Lázaro estaba enfermo. Estaba tan enfermo que todos tenían miedo que muriera. Sus hermanas, Marta y María, llamaron a Jesús para que fuese a curar a Lázaro. Jesús quería a Marta y a María, pero cuando escuchó esto no se apresuró para ayudarlo. Permaneció en el mismo lugar por dos días. Nosotros no podemos entenderlo, pero algunas veces cuando rezamos, Dios no nos responde inmediatamente, o nos da la respuesta que esperábamos. Luego Jesús les dijo a sus seguidores Lázaro está muerto. Luego viajó a un pequeño pueblo afuera de Jerusalén llamado Betania. Cuando llegó, Lázaro había muerto hacía cuatro días.
Cuando Jesús llegó al pueblo, Marta fue a su encuentro. Estaba muy triste. Estaba molesta porque Jesús no había llegado más rápido, aún ahora, sabía que Dios le concedería cualquier cosa que pidiese. Jesús dijo, Tu hermano, resucitará. Al principio, Marta pensó que Jesús se refería a que levantaría en la resurrección de los creyentes al final de la vida. No tenía idea que Jesús iba a resucitar a Lázaro ese día.
(Lea en voz alta Juan 11:25,26) Después de escuchar a Jesús declarar que tenía el poder de resucitar gente de la muerte, Marta respondió con fe con una hermosa confesión que Jesús era su Señor y Salvador. Ella sabía que era el Hijo de Dios y que podía hacer cualquier cosa. Entonces ella fua a buscar a María, su hermana. María corrió al encuentro de Jesús y estaba cerca de la cueva del entierro. Ella estaba llorando y muy triste. Ver a todos llorar por la muerte de Lázaro hirió los sentimientos de Jesús. Incluso Jesús lloraba con ellos porque también amaba a Lázaro. La Biblia dice Jesús lloró. (Verso 35, éste es el verso memorial mas corto que conozco).
Cuando muere un miembro de la familia o un amigo cercano, nos afligimos. Significa que nuestros corazones se están rompiendo porque queríamos a esa persona tanto que la echaremos de menos. Recordamos todos los buenos momentos que compartimos. Lloramos grandes lagrimas. Es natural y apropiado que lloremos cuando alguien muere. Algunos niños piensan que llorar es solo para niñas y que es cosa de maricas. Eso no es verdad. Nota que incluso Jesús lloró cuando Lázaro murió. Está bien llorar caundo laguien muere porque lo extrañaremos.
María le dijo a Jesús que si él hubiera estado allí Lázaro no hubiera muerto. Ella había visto a Jesús curar gente y sabía que él podría haber evitado eso. Ella estaba enojada. Cuando alguien que queremos muere, algunas veces nos enojamos y decimos cosas que no deberíamos haber dicho a aquél que amamos. Deberíamos tratar de reconfortar a aquellos que están en la situación que estuvo Jesús. Jesús le dijo a la gente que retiraran la piedra del sepulcro donde Lázaro yacía. María pensó que era una mala idea porque el cuerpo se decaería y apestaría después de estar cuatro días en la tumba. Pero Jesús sabía que El Padre Dios había causado esta demora. Era para mostrarles que Jesús tenía el poder sobre la muerte. Jesús se arrodilló y dijo una oración en voz alta, agradeciéndole a Dios por que iba a hacer. Él había hecho esto como un testigo de los que estaban mirando. El no hizo esto para lucirse. Incluso cuando vas a McDonalds o a Hardees, si dices una oración silenciosamente, aunque Dios sabe que estás agradecido, luego otros alrededor tuyo verán que eres cristiano.
Luego el lloró en voz alta, Lázaro, ven fuera.
Luego el alma de Lázaro, la cual estaba en el cielo, fue llamada de regreso a su cuerpo y resucitó de la muerte. Él salió con el paño del entierro todavía enrollado alrededor suyo. Todos lo vieron y se sorprendieron. ¡Jesús había resucitado a Lázaro de la muerte! Cuando creemos en Jesús como Señor, cuando morimos nuestra alma va al cielo y espera la resurrección del cuerpo. Vendrá el día en que Jesús llamará a todos los creyentes para reunirse con sus cuerpos. Veremos a nuestros muertos amados otra vez y los reconoceremos. Jesús nos dará un nuevo cuerpo que durará por siempre. Esto nos da una gran esperanza. Me recuerda al himno “Cuando todos lleguemos al cielo, ¡que día de regocijo será! Éste es uno de los más grandes milagros de Jesús y que prueba que él es el Señor y que tiene el poder sobre la muerte.
©1998 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.