Texto: Génesis 22:1-19
Objeto: una figura de un cordero.
Resumen: Dios probó la fe de Abraham cuando él le dijo que ofrezca a su único hijo como una ofrenda. Abraham no retuvo a su hijo y pasó la prueba. ¿Tenemos algo que queremos más que a Dios? Necesitamos ofrecer nuestro “Isaac” a Dios para tener una buena relación con Él.
¿Cuantos de ustedes han visto a un cordero? Ellos son animales muy apacibles y tienen pieles lanosas que usamos para hacer ropa suave. Hace un largo tiempo, la gente usaría a estos inocentes corderos para un sacrificio de Dios. Cuando mataban al cordero, éste sería quemado sobre el altar a Dios para librarlos de sus pecados.
Abraham era un gran hombre de fe. Dios probó a Abraham diciéndole que sacrifique a su único hijo como una ofrenda. Abraham tenía que viajar por tres días a la tierra de Moriah al lugar que Dios le había dicho que fuera. Esta area era el mismo lugar donde hoy está Jerusalén. Era como si Dios le estuviera diciendo a Abraham de hacer algo que él haría por si mismo cuando Jesús se convirtiera en el cordero de Dios en Gólgota muchos años más tarde. Cuando la ofrenda de Abraham perdonaría solo sus pecados, mientras que la muerte de Jesús perdonaría los pecados de todos aquellos que vivieron y confiaron en él.

Abraham estaba atento al llamado de Dios. Muchas veces cuando Dios pronunciaría su nombre,
Abraham respondería “Aquí estoy.” ¿Estamos escuchando la voz de Dios en nuestros corazones? Cuando Isaac y Abraham se acercaron al lugar del sacrificio Isaac le preguntó donde estaba el cordero del sacrificio. Él no se dio cuenta que Abraham estaba planeando usarlo como cordero.
Abraham le respondió con fe. “Dios se proveerá a si mismo de un cordero.” Cuando Abraham tomó el cuchillo para matar a Isaac, el ángel de Dios llamó a Abraham y lo previno. Dios se dio cuenta que Abraham era obediente, incluso al punto de estar dispuesto a sacrificar a su único hijo. Abraham tenía la fe para creer que si la voluntad de Dios era quitarle la vida a Isaac, Dios también tenía el poder de resucitarlo de la muerte.
Dios bendijo a Abraham por ser obediente. Le dijo: multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. (Verso 17) Esto significaba que Abraham sería bendecido con muchos descendientes. ¿Estamos dispuestos a ofrecer a nuestro “Isaac”? ¿Estamos dispuestos a entregar a Dios una de las cosas más queridas? Para que podamos tener una buena relación con Dios, debemos estar dispuestos a ponerlo a él en la lista antes que nadie. Podemos agradecerle a Dios de que estuvo dispuesto a entregarnos su único hijo, nuestro Salvador Jesús, como uno de los sacrificios para perdonar los pecados del mundo entero.
Como dicho por Rev. Lewis Shaffer, Son Shine Ministries International Inc. Utilizado por el permiso.
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