Category Archives: La gente en Antiguo Testamento

El Arca de Noé: La Gran Inundación

Cita: Si Noé hubiera sido verdaderamente sabio, hubiera aplastado esas dos moscas – Helen Castle.

Texto: Génesis 6:14-7:24

Resumen: Dios proveyó instrucciones detalladas para hacer el arca y Noé obedecío a Dios. La inundación cubrió toda la tierra y la destruyó. Noé y su familia fueron salvados.

The Invitation by Tom duBois
La Invitación por Tom duBois por la cortesía de Christ-Centered Art.

En El plan de Dios para Salvarnos (#001) aprendimos que Noé era bueno. Dios le iba a salvar a él y a su familia del diluvio que iba a destruir el mundo que se había dañado. El plan de Dios requería que Noé construyera un bote muy grande en el cual cupieran todas las diferentes clases de animales. Cerca de 75,000 animales necesitarían entrar al arca. ¿Podría sostener tanto animales? ¿Podría Noé construir esa clase de bote? Dios le dio cierto grado de ventaja a Noé. Le dijo a Noé, cuando éste tenía 480 años, que el juicio llegaría 120 años más tarde. Cuando Noé contaba con 500 años comenzó a tener hijos, tres varones. Entonces la ‘Compañía de Suministros de Noé e Hijos’ comenzó su tarea de construir el arca. Nadie había visto mucha lluvia en aquel lugar. La tierra recibía tan solo una neblina leve, un rocío diario, pero eso era todo. La gente comenzó a reírse de Noé y de su barco. A veces la gente se ríe de los cristianos cuando hacen lo correcto, pero lo que es importante es que Noé obedeció a Dios. Debemos obedecer a Dios nosotros también, no importa lo que la gente piense.

Dios le dijo a Noé exactamente el cómo construir el arca: sería de 450 pies de largo, 75 pies de ancho y 45 pies de alto. Tendría tres pisos y una ventana para el aire. Tendría una sola puerta. A través de esa puerta entrarían los que se salvarían. Todos los que se quedaran afuera morirían. Jesús es como esa puerta para nosotros. En Juan 10:9a Jesús dijo: “Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo”.

Es aquí donde la mayoría de las personas pierden el bote. Creen que con solamente creer en Dios, de alguna forma o manera, es suficiente. Hay muchas religiones falsas en el mundo, pero sólo hay un Cristo. Algunas personas piensan que por sólo ir a la iglesia Dios los admitirá en el cielo. El ir a la iglesia te hará un asistente a la iglesia, pero el tener a Jesús en tu corazón es lo que te hace un cristiano.

El arca, según las medidas dadas por Dios, era seis veces más larga que ancha. Esto la hacía muy estable en el agua. Si una ola grande trataba de virarla, el arca se enderezaría. El arca tendería a navegar de frente a las olas. Aún vientos tres veces más fuerte que un huracán no virarían el arca. El arca no tenía timón que la dirigiera. Sólo tenía que flotar. Dios era el piloto. ¿Tienes problema en darle el timón a Dios? Pretende que estás en el arca, con nada a lo cual puedas agrarrarte, excepto Dios. El arca tendría cabida para 750 vagones de tren. Podía fácilmente llevar 180,000 ovejas. Allí había suficiente espacio para todos los animales, el heno y el maiz necesario para alimentarlos. La mayoría de los animales podrían descansar e invernar durante la travesía. Pero, ¿cómo podría Noé entrar los animales al arca? Dios, en forma sobrenatural, dirigió a los animales al arca. Él los llevó al arca para salvarlos del diluvio.

Noé, ¿estaría seguro de que llovería ese día? ¿Lavaría su carro ese día? No. Dios le había dicho: “Porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches…” (Gén. 7:4). Así que Noé hizo el arca, y su familia entró al arca siete días antes del diluvio, cuando Noé tenía 600 años. Dios trajo a los animales y el Señor los encerró. Dios siempre ha usado el número 40 para significar un período de prueba. Moisés estuvo 40 años en el desierto antes de que Dios se le apareciera en la zarza ardiente. Los hijos de Israel estuvieron en el desierto por 40 años antes de entrar en la tierra prometida. Jesús estuvo 40 días en el desierto cuando fue tentado. También estuvo 40 días, después de la resurrección, probándole a todos que había resucitado, antes de subir al cielo.

El diluvio fue el peor desastre jamás registrado en la historia. Toda la tierra estaba cubierta de agua y no hubo sobrevivientes excepto aquellos que estuvieron en el arca. “Se reventaron las fuentes del mar profundo y se abrieron las compuertas del cielo” (Gén. 7:11). Seguramente Noé y los animales estarían atemorizados. Grandes terremotos echaron altas nubes de cenizas y llovió como nunca antes. Aún las aguas de debajo de la tierra se salieron de su cause. Las aguas subieron a una altura que cubrieron las montañas. Las aguas subieron y el arca flotó por 150 días, es decir, 5 meses.

Aún cuando al arca descansó sobre las montañas de Ararat, no era muy seguro el que Noé saliera del arca. Noé obedeció a Dios y se quedó en el arca por 375 días después de haber comenzado el diluvio (más de un año). Dios siempre sabe como mantenernos seguros y nos dirá que hacer.

©1997 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

El Arca de Noé: El plan de Dios para Salvarnos

“Pero Noé contaba con el favor del Señor…Noé era un hombre justo y honrado entre su gente. Siempre anduvo fielmente con Dios…Pero Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de violencia” (Génesis 6:8ss-NVI)

Texto: Génesis 6:8-13

Para mostrar: Un afiche (“poster”) de animales caminando hacia al arca de Noé.

Resumen: La historia del Arca de Noé nos enseña que Dios siempre ha tenido un plan de salvación para nosotros.

Dios recompensa a las personas buenas, pero castiga a aquellas que son malas. ¿Han hecho algo malo alguna vez? Cuando sus padres se enteraron, ¿que hicieron? No sé de ustedes, pero les puedo decir que a mí me daban nalgaditas. ¿Te han dado alguna vez una nalgada? ¿Te daban tus padres porque ya no te amaban? No, ellos te aman mucho, pero querían que te acordaras de hacer los correcto cada vez. Tenían que bregar con tu conducta para que la cambiaras.

Cuando Dios observó el mundo que había creado, sintió pena al ver el mal estado en que estaba. Tenía que hacer algo con respecto al pecado del mundo. Él amaba a Noé y tenía un plan para salvarlos. Así como Dios salvó a Noé y su familia, Él envió a Jesús a salvarnos de nuestro pecado. De hecho, muchas de las cosas que hacemos en el bautismo nos recuerdan del diluvio. El mundo anterior fue eliminado y un nuevo mundo nació al bajarse las aguas. Nuestra creencia en que Jesús ha limpiado nuestro pecado la demostramos a través del bautismo.

El plan de Dios para salvar a Noé consistió en que él construyera un arca. Dios sabía cómo construirla y qué usar al hacerla. Le dio a Noé unos planes muy detallados de como ensamblarla. ¿Qué hubiera ocurrido si Noé hubiera decidido construirla a su manera? ¿Qué si hubiera dicho?: “Señor, construiré este bote con ladrillos. ¡Será el bote más fuerte que se haya visto!” El bote definitivamente tendría que ser fuerte, pero los ladrillos no serían livianos suficientes para que flotara en el agua. El bote se hundiría. ¿No escuchas a Dios diciéndole: “¡No, Noé, usa madera!”

Dios siempre sabe que hacer y nos lo dirá. Así que debemos orar para saber lo que Dios desea que hagamos. Si oramos no cometeremos errores que nos lleven a pecar. Dios le dijo a Noé que preparara un lugar para todos los animales. ¿Cuántos animales de cada clase tendía que llevar al arca? Sí, un par de cada clase de animal, un macho y una hembra. Dios deseaba tenerlos en el nuevo mundo que existiría después de la inundación. También Dios hizo que Noé tuviera suficiente alimento para ellos. Dios siempre provee para nosotros. Aún ahora Él tiene un lugar preparado para todos aquellos que aman a Jesús, y vendrá un día a buscarnos, tal como buscó y estuvo con los animales y con Noé.

©1997 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Moisés – Perdido y Encontrado

Texto: Éxodo 1:22-2:10; Mateo16:25; Actos 7:22

Objeto: una lámina del bebé Moisés o una caja de cartón etiquetada “perdida y encontrada” con muchos artículos dentro.

Resumen: Moisés fue rescatado y alzado por la hija del Faraón. Dios busca hasta encontrar lo perdido.

Esta caja de la oficina escolar tiene artículos dentro que fueron perdidos y encontrados. Aquí está el sweater. Me pregunto si ¿el niño que lo perdió trató de encontrarlo una vez que se dio cuenta que estaba perdido? Aquí hay un libro de matemática. ¡Quizás fue perdido a propósito! No veo nada realmente caro en esta caja. Supongo que cuando algo realmente lindo es encontrado una persona podría tentarse de quedárselo aunque le pertenezca a otra persona. ¿Pueden imaginarse que pasaría si se perdiera un bebé? Hoy quiero contarle del bebé Moisés y de como fue perdido y encontrado.

El gobernante de Egipto, el Faraón, temía que los hebreos se estén fortaleciendo en poder porque estaban creciendo en número. El gobernador decidió que no dejaría que los varones (niños) vivieran donde habían nacido. Ellos eran arrojados al río (a ahogarse). ¡Que cosa tan horrible!

(Lea en voz alta Éxodo 1:22-2:4.)

Los padres de Moisés eran de la tribu de Levi. Los levitas eran sacerdotes. La madre de Moisés escondió a su bebé hasta que tenía tres meses. Luego supo que la única manera de salvarlo era “perderlo”. Así que hizo una canasta de ramas de papiro, la cubrió con alquitrán, así no se hundiría, y lo puso dentro de ella. Luego puso la canasta entre las cañas del Río Nilo. Le dijo a su hermana mayor Miriam que observara la canasta para ver que sucedía. En este simple acto de fe ella confió a Dios el cuidado de su pequeño hijo.

(Lea en voz alta Éxodo 2:5-10.) Moisés no era muy grande. Por ese tiempo la hija del Faraón se fue a bañar. Ella vio la canasta y les dijo a sus sirvientas que la levantaran. Cuando escuchó al bebé llorar tuvo pena y decidió adoptarlo. Ella lo llamó Moisés porque fue sacado del agua. Miriam le sugirió que una mujer hebrea (la mamá del bebé) podría cuidarlo. Una de las cosas más difíciles que una madre tiene que hacer es dejar a su hijo cuando crece. Debe haber sido especialmente duro para la madre de Moisés dejar ir a su bebé (después que dejara de tomar el pecho). La única manera de salvar su vida fue entregárselo para que sea adoptado por la hija del Faraón.

Nuestro Señor Jesús nos llama a que salgamos de nuestro propio egoísmo para servirle. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará. – Mateo 16:25 La madre no fue egoísta y confió en Dios para cuidar a su bebé Moisés. Haciendo esto Dios podía usar al Faraón para criar y educar al hombre que conduciría a los israelíes de la esclavitud a la libertad más tarde. Así Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era poderoso en palabra y en obra. (Actos 7:22)

A través de los años Dios ha encontrado al perdido. Quiere que todos vayan a una fe salvadora en el Señor Jesús. ¿Confiarán en él como su Salvador hoy? Solo como Moisés fue perdido y encontrado en el Nilo, Jesús está listo para encontrarlos donde estén.

©2002 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Hombres de Dios

Texto: Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11; Hechos 1:9 (NVI)

Para mostrar: un afiche de Moisés o un cuadro de un hombre de Dios

Resumen: Tenemos varios modelos de hombres de Dios a seguir y Jesús es el mejor ejemplo.

La Biblia tiene muchas historias de grande hombres de Dios. ¿Pueden mencionar alguno de ellos? Adán, Moisés, David y Salomón. La mayoría de ellos vivieron una larga vida y luego murieron. ¿Saben que la Biblia cuenta de dos hombres que caminaron con Dios y fueron directamente al cielo? ¿Saben quiénes son?

Leemos en Génesis 5:24 “…y anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó”.

Sabemos que Enoc era un hombre de Dios porque se nos dice que “anduvo fielmente con Dios”, lo cual quiere decir que él sacaba tiempo para estar y hablar con Dios todos los días. Un día Dios debe haber decidido que era tiempo que Enoc estuviera con Él. Enoc no murió. Dios se lo llevó directamente de la tierra al cielo.

Leamos otra Escritura: 2 Reyes 2:11. “Iban caminando y conversando cuando, de pronto, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en medio de un torbellino”.

Ese hombre de Dios era el profeta Elías. Él tenía una relación muy estrecha con Dios y cuando vino el tiempo de dejar la tierra, Dios hizo una cosa maravillosa: envió un taxi celestial a recogerlo. Se escuchó el sonido fuerte de una ráfaga que se movía rápidamente como un torbellino al Dios enviar su carruaje de fuego que llevaría a Elías al cielo.

Jesús tambien fue alzado al cielo, pero él no era simplemente un hombre de Dios, sino el Hijo de Dios. A diferencia de los demás, Jesús sufrió una muerte terrible en la cruz por nuestro pecado, fue enterrado y tres días después resucitó (volvió a vivir). Después de cuarenta días de estar demostrando que había resucitado, subió al cielo en las nubes para estar con Dios, su Padre.

Leemos de la tercera persona en Hechos 1:9: “Habiendo dicho esto, mientras ellos los miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube la ocultó de su vista”.

¿Llegarás a ser un hombre o una mujer de Dios? La forma en que decidas vivir cada día de tu vida depende de tí. Si escoges estar diariamente con Dios, orándole y leyendo la Biblia, entonces tendrás una relación más cerca con Él

©1997 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Mira dentro

El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal. (Mateo 12:35)

Texto: 1 Samuel 16:1-13

Objeto: un melón

Resumen: El Señor no juzga por la apariencia externa, sino por el carácter y pensamientos de una persona.

Algunas cosas son difíciles de entender hasta que miras adentro de ellas. La mayoría de las personas que compran autos miran debajo del capó o bonete para ver la condición del motor y las demás partes antes de comprar el carro. Pero, ¿qué sucede si no puedes ver lo que está adentro? Mira este melón. (Enseñe el melón). No se me permite cortarlo por la mitad antes de comprarlo. ¿Como puedo saber si está maduro o no? Hay un viejo proverbio que dice: “Nunca juzgues a un libro por su cubierta”. Lo que quiere decir es que el contenido de un libro puede ser mejor que lo que la portada sugiere. Tendrás que mirar dentro del libro y leer parte de él para poder saberlo. Todas estas cosas me recuerda de una de las historias de la Biblia acerca del jovencito David.

¿Recuerdas la historia de David y Goliat? Bueno, antes de esa historia bíblica encontramos que Dios había escogido a David para ser el siguiente rey del pueblo de Dios. Dios le había indicado al profeta Samuel que era tiempo de seleccionar el próximo rey. También le había dicho que tenía que dejar de estar triste por el rey Saúl, el cual no iba a durar mucho como rey. Dios envió a Samuel al hogar de un hombre llamado Isaí en el pueblo de Belén. (Sí, el mismo pueblo donde nacería Jesús muchos años después).

Entonces Samuel preparó un sacrificio a Dios e invitó a Isaí y sus hijos. Isaí tenía ocho hijos. David, siendo el menor, quedó a cargo de las ovejas que estaban en el campo. Samuel miró a los hijos de Isaí, comenzando con Eliab y pensó que Eliab era el que Dios habría de escoger para ser rey.

Pero el Señor le dijo a Samuel: “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7).

Isaí llamó a sus hijos uno por uno, hasta que Samuel vió a siete de ellos, pero el que Dios había escogido para ser rey no estaba entre ellos. Entonces Samuel le preguntó a Isaí si esos eran todos sus hijos e Isaí le contestó que su hijo menor estaba cuidando ovejas. David fue traído del campo a donde se encontraba Samuel. Y el Señor dijo: “Éste es; levántate y úngelo” (v.12). Así es que el último hijo de Isaí iba a ser el siguiente rey de Israel. Dios miró al corazón de David, y a su forma de ser, y lo juzgó adecuado a reinar sobre su pueblo.

No podemos mirar adentro de las personas como Dios hace y ver cómo son. No debemos de juzgar a las personas. Podemos saber cómo son por sus acciones, por cómo se comportan. El Señor Jesús dice que el árbol es conocido por su fruto (Mateo 12:33). Jesús dice que una buena persona con buenos pensamientos hará buenas cosas, pero que una persona con malos pensamientos hará malas cosas (versículo 35). Decidamos hoy ser como Jesús y hacer buenas cosas.

Oremos: Querido Señor Jesús, ayúdanos a tener Buenos pensamientos y enséñanos a hacer buenas cosas. Amén.

©2005 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

La Escalera de Jacob

Texto: Génesis 28:11-16

Objeto: Un póster de yo soy el camino por Danny Hahlbohm.

Resumen: La historia de la escalera de Jacob nos da un ejemplo de como Jesús se convierte en mediador entre Dios y el hombre.

Y él soñó, y he aquí una escalera apoyada sobre la tierra, y su extremo alcanzaba el cielo: y he aquí los ángeles de Dios que subían y descendían por ella. – Génesis 28:12

(Lea el texto) Jacob deberá haber estado realmente cansado. Yo no creo que yo pudiera dormirme sobre piedras como una almohada. ¡Que sueño extraño que tuvo! Él vio una escalera tan alta que alcanzaba el cielo. Los ángeles del cielo subieron y bajaron de la escalera. Dios estaba en la cima de la escalera y Él le prometió a Jacob que le daría la tierra para que durmiese. Mucha gente trata de encontrar su propio camino hacia Dios. ¿Recuerdas la Torre de Babel? La gente pensaba que podrían construir un camino al cielo. Estos intentos que empiezan el la tierra terminan fallando. Solo Dios puede proporcionar un camino hacia el cielo.

Dios envió a Jesús, Su único Hijo, para que sea un camino hacia Él. Jesús se convirtió en la escalera de Jacob, el camino hacia Dios. Jesús dijo en Juan 14:6 Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie llega al Padre sino por mí.

El único camino al cielo es la fe en Jesús. Él es la escalera que baja desde el cielo a la humanidad y nos muestra el camino a Dios.

©1997 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.
Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Viaje a la fe

Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde – Hebreos 11:8

Texto: Génesis 12:1-4, 7, 15:6, 17:5; Gálatas 3:14; Juan 8:56

Objeto: Una señal de “Venta ambulante” o una lámina de Noche estrellada por Vincent van Gogh

Resumen: La historia del viaje a la fe de Abraham’. Su bendición fue observada en Jesucristo.

La señal dice,”Venta ambulante.” Si te vas a mudar podrías vender algo de tus pertenencias para reducir la cantidad de artículos que tienes que empacar para el viaje. Lleva un montón de esfuerzo mudarse lejos. ¿Cuantos de ustedes estarían dispuestos a empacar todas sus cosas para mudarse si no supieras donde estás llendo? [Que levanten la mano] Eso es exactamente lo que Abram hizo cuando Dios prometió bendecirlo. Hoy quiero contarte como Abram hizo un viaje y se hizo conocido como Abraham, el padre de muchas naciones. (Génesis 17:5)

(Lea en voz alta Génesis 12:1-4)

Cuando Abram tenía 75 años Dios lo llamó. Era tiempo de mudarse (otra vez)*. Abram obedeció a Dios y viajó a Canaan. Cuando llegó en Shechem el Señor se le apareció a Abram y dijo, Yo le daré esta tierra a tu descendencia. (Génesis 12:7) Se volvió claro para Abram que Dios planeó para él tener un niño y que recibiera su área particular de tierra como una recompensa. Al principio Abram mostró gran fe al dejar su hogar sin saber donde lo conduciría Dios, pero no era una persona perfecta. Tomó ocasionalmente problemas a sus propias manos en vez de confiar en Dios.

No hacía tanto que había arribado que una hambruna se presentó en Canaan. Una hambruna es cuando tú quieres comida pero no hay. Abram continuó con su viaje al sur de Egipto así no se moriría de hambre. Estaba asustado que los egipcios lo mataran por tomar a su esposa porque era muy bonita. Así que le pidió que dijera que era su hermana pero esto la puso en peligro. Fue cobarde de su parte usarla de esta forma para protegerse. Sin embargo Dios era fiel a Abram y mantuvo su promesa.

Abram regresó a Canaan después de que la hambruna había pasado. En este tiempo que pasó todavía no había tenido a su hijo porque Sarai no podía tener un bebé. Abram decidió hacerse de un futuro en vez de esperar la promesa de Dios. Sarai convenció a Abram que tomara a su criada egipcia Hagar como segunda esposa, y ella dio a luz a Ismael. Dios continuó ayudando a Abram a crecer en fe a través de los años. Un día Dios le recordó a Abram que iba a mantener su promesa y Abram finalmente creyó. Abram creyó al Señor, y el Señor lo reconoció a él como justo. (Génesis 15:6)

Antes que su hijo naciera del vientre de Sarai milagrosamente, Dios cambió su nombre a Sarah (que significa “princesa”) y cambió también el de Abram a Abraham (que significa “padre de un montón de gente”). Era aparente que Dios tenía grandes planes para Abraham. Aunque Abraham se le rió a Dios cuando le prometió un hijo de Sarah, Dios era fiel. Cuando Sarah tenía 90 y Abraham 100 años, su hijo Isaac (que significa “risa”) había nacido.

Unos años más tarde Dios probó la fe de Abraham. Le dijo que ofreciera a Isaac como un sacrificio. Abraham amaba a su hijo con todo su corazón pero por su tiempo en su camino con Dios, Abraham estaba dispuesto a obedecer a Dios y confiar en él para el futuro, creyendo en la promesa de Dios. Dios salvó a Isaac porque Abraham mostró que amaba a Dios incluso más que a su adorado hijo. El viaje de Abraham en fe estaba ahora completo.

Esta historia nos enseña que Dios esta dispuesto a trabajar con gente menos perfecta (pecadores) que vienen a él en fe. Dios es siempre fiel para mantener sus promesas. Debemos aprender a ser pacientes y esperar a Dios. Fueron cerca de 800 años antes que los descendientes de Abraham tuvieran la Tierra Prometida y muchos años más antes que se convirtiera en la gran nación de Israel. Pero la bendición más grande que tenemos de Abraham es que eventualmente uno de sus descendientes fue Jesucristo, quien trajo la ofrenda de salvación a toda la gente (ver Gálatas 3:14). Como pasó con Abraham, nuestro viaje a la fe con conduce a Jesús, quien dijo Abraham, el padre de ustedes, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio y se alegró. (Juan 8:56)

*Su padre Terah dejó a Ur en la Mesopotamia (lo que hoy es Irak) y se dirigió hacia Canaan con la familia entera cuando Abram tenía 70 años. Siguió a lo largo del Río Euphrates, pero se asentó a mitad de camino alrededor del desierto de Arabia en Haran. Murió allí a la edad de 205 años.

©2001 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.

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José y la Túnica de Colores

Texto: Génesis 37:3,4; Filipenses 4:11

Para mostrar: Una túnica de muchos colores

Resumen: José aprendió a confiar en Dios no importándole su circunstancia.

La tiempo se está poniéndo frío. Algunos de nosotros estamos usando suéters y abrigos para mantenernos calientes. Algunas personas dejan que el tiempo decida como será su día. Si es soleado, se sienten contentos y de buen humor. Si es lluvioso y frío, se sienten deprimidos (tristes) y miserables. Otras personas, pudiéramos decir, cargan con su sol. No importa como esté el tiempo afuera, ellos deciden, de todos modos, sentirse contentos. No importa que circunstancias le traiga la vida, ellos confían en Jesús y siguen viviéndola con persistencia.

“No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre” (Filipenses 4:11).

Esto me recuerda la historia de José. El creció y llegó a ser así. No era perfecto. Su mamá, Raquel, murió cuando él tenía 15 años. Dos años más tarde, su papá le dio la responsabilidad de ser pastor sobre el rebaño, aún cuando él tenía hermanos mayores. Él le contaba a sus padre cuando sus hermanos hacían cosas malas. ¡Eso no le gustaba a sus hermanos! Para empeorar las cosas, su papá lo distinguió dándole una túnica multicolor.

“Israel amaba a José más que a sus otros hijos, porque lo había tenido en su vejez. Por eso mandó que le confeccionaran una túnica especial de mangas largas. Viendo sus hermanos que su padre amaba más a José que a ellos, comenzaron a odiarlo y ni siquiera lo saludaban” (Génesis 37:3-4 – NVI).

Una noche José tuvo un sueño. Él le dijo a sus hermanos que había soñado que llegaría el día en que ellos se inclinarían ante él y llegarían a ser sus sirvientes. Luego tuvo otro sueño. Él le dijo a su padre y hermanos que un día todos ellos se inclinarían ante él. Aún su padre resintió el escuchar esto y se lo dejó saber. Sus hermanos lo envidiaron más.

Jesús dijo que no echaran las perlas a los cerdos (Mateo 7:6). Una de las Leyes de Murphy dice lo mismo: “No le enseñes a cantar a un cerdo. Es una pérdida de tiempo y molesta al cerdo”. Estos sueños eran de Dios para confortar (alentar) a José y fortalecerlo para los tiempos difíciles que iba a tener más tarde. José, neciamente se tornó muy orgulloso acerca de estos sueños. Tendría que aprender por medio del sufrimiento que todo lo que tenemos viene de Dios así que debemos de ser humildes y agradecidos.

Bueno, esa túnica de colores que demostraba que era el hijo favorito hizo que José se metiera en problemas con sus envidiosos hermanos. José también fue esclavo por muchos años en la casa de Potifar. Fue acusado, erróneamente de un crimen y puesto en prisión por trece años. Eventualmente, después de esos años de humillación, fue exaltado a una posición de honor con el gobernante. A través de todos esos momentos, buenos y malos, José aprendió a estar contento donde estaba y ser la mejor personas posible con lo que Dios le había dado. Aprendió a confiar en Dios sin importarle sus circunstancias.

©1997 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.

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Jonás y el gran Pez

Texto: Jonás 1:17-2:1,10; Mateo 12:39,40

Objeto: un par de dados o un póster de Jonás y el gran pez.

Resumen: La historia de Jonás demuestra el amor de Dios hacia la gente de todas las tierras. Jesús comparó sus tres días en la tierra con los tres días de Jonás en el gran pez.

Hoy quiero hablarles acerca misiones extranjeras. Una misión extranjera es cuando Dios consigue a alguien que valla un país diferente para contarles a los otros acerca de Jesús. La Biblia tiene una historia acerca de misiones extranjeras llamada el Libro de Jonás. Jonás fue llamado por Dios para ser un misionario extranjero. Él reaccionó con incredulidad. En vez de ir a Nineveh a predicar con los pecadores allí, él ignoró a Dios y fue en una dirección opuesta a una cuidad costera llamada Joppa. Él debe haber sentido la necesidad de unas vacaciones porque decidió llevar una travesía a Tarshish, una cuidad de veraneo sobre el mar Mediterráneo. Él no podía ni pensar y un pequeño descanso y relajación alejarían su mente del llamado de Dios para hacer la misión. Pero Dios tenía otros planes para Jonás.

Poco después de fijar la vela,una tormenta se presentó . El viento estaba sacudiendo las olas dentro del barco y la tripulación temía por sus vidas. Ellos sabían que eso era obra de Dios. Todas las naves de travesía tienen dados, así que los arrojaron (porciones del molde) y decidieron que Jonás fuera culpado por sus problemas. Jonás confesó que él había huido de la presencia del señor y les dijo que estarían bien si ellos lo arrojaban al agua. Asi que ellos lo hicieron. Una cosas podemos decir bien aquí es que no podemos escapar del Señor o de su llamado en nuestras vidas porque Dios está en todos lados. Tan pronto como ellos lo arrojaron del barco el mar se volvió calmo otra vez. Esto fue un gran testigo para los hombres a bordo porque la Biblia dice: los hombres temieron al Señor excesivamente, que ofrecieron un sacrificio al Señor, e hicieron votos. 

Pero Dios tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. Entonces oró Jonás a Dios desde el vientre del pez….Y el Señor le habló al pez, y vomitó a Jonás en la Tierra.

¿Puedes imaginarlo? Dios había preparado a un gran pez para que se tragara a Jonás. Alguna gente cree que el gran pez podría haber sido una ballena- No lo masticó porque Dios hizo que se lo tragara entero. Jonás debe haber estado muy asustado de su ingenio. El vientre de un pescado no tiene una cabina de lujo como él había esperado encontrar a bordo del barco. El agua chapoteaba alrededor y había algas enredadadas alrededor de su cabeza. Quizás Jonás comió las algas? Yuck! No había luces en la panza del pez. Estaba frío, oscuro, y asustadizo. Así Jonás hizo tan solo lo que hace la mayoría de la gente cuando se asusta: él rogó a Dios. Jonás no se rindió. Dios oyó que el rezo de Jonás y después de tres días el pez escupió a Jonás a la tierra seca.

Jonás estaba cansado y oloroso. Y entonces Dios le habló otra vez y dijo levántate, ve a Nineveh. Dios cuida a toda la gente de cada tierra. Él quiere todos sepan sobre él. Por este tiempo Jonás había aprendido una dura lección y obedeció a Dios. Jonás realmente no se preocupó por la gente que tenía que salvar, pero Dios sí. El rey de Nineveh escuchó el mensaje de arrepentimiento y les dijo a todos que rezaran por el perdón de Dios. Así que Dios evitó a la gente de Nineveh.

Jesús habló de Jonás como una histórica cuenta exacta. Le contó a la gente de su día que le dieron la señal del profeta Jonás: Para Jonás fueron tres días y tres noches en el vientre de la ballena; así que estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. Jesús le estaba contando a la gente que el moriría y que estaría tres días en la tumba, y luego resucitaría de la muerte. Podemos estar agradecidos de que Dios todavía nos llame a ser misionarios. Él ama a toda la gente y quiere que todos acepten a Jesús como Señor y Salvador.

©1998 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Paredes de Jericó

Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en – Hebreos 11:30,31

Texto: Josué 6; Hebreos 11:30,31

crystal glassObjeto: un vaso de cristal con agua a medio llenar.

Resumen: Josué obedeció a Jesús en Jericó para comenzar la conquista israelí de Cannan. Dios le dio un plan de batalla y los israelíes actuaron con fe. Arqueólogos confirmaron la exactitud histórica de la Biblia en las ruinas de la antigua Jericó.

Hoy quiero contarles acerca de la batalla de Jericó. Despues de 40 años de vagar en el yermo, Josué y la gente de Israel habían cruzado las quietas aguas del Río Jordán (otro milagro y estaban listos para comenzar la conquista de la tierra de Canaan). Josué era un líder militar con experiencia, pero nada en todo su entrenamiento militar podía haberlo preparado para el plan de Dios para tomar Jericó. Él tendría que actuar con fe y confiar en Dios para la victoria.

Jericó es considerada la cuidad más antigua inhabitada conocida en el mundo. Alrededor del 1400 D.C. Josué sitúa a la cuidad de la fortaleza. Los ejércitos de Israel la rodearon de tal forma que nadie podía entrar o dejarla. Nuestro Señor Jesús es nombrado con el mismo nombre que Josué, Yeshua en Hebreo, el cual significa “Jehová es el Salvador.” Antes que la batalla comenzara, el capitán del anfitrión de Israel (Josué) tenía un encuentro con el capitán del Señor de los anfitriones (Jesús). Josué lo adoraba y escuchaba cuidadosamente el plan de batalla. Él hablaba como si la ciudad de Jericó ya fuese ganada. Ésta seguridad fortalecía la fe de Josué. Dios le había contado el futuro antes de que incluso sucediera.

Este fue el plan: Por seis días el ejercito circundaría la cuidad mientras los sacerdotes soplarán los cuernos del espolón. Los sacerdotes con las trompetas iban primero, luego los sacerdotes llevando el Arca del Pacto y por último el ejército. El único sonido sería el del espolón; nadie podía hablar una palabra. Luego al séptimo día, circundarían la ciudad siete veces de la misma manera, y después cuando Josué daba la señal, darían un gran grito. Luego las paredes se caerían planas y correrían a la ciudad y quemarían todo y a cada uno allí.

Josué tuvo una gran prueba de fe ¿Intentaría su brillante plan militar, o confiaría completamente en Dios y obedeciendo en fe? Él tenía un informe de inteligencia de los espías, y podría haber dibujado algún plan de ataque. Si piensas que Josué llevaba un largo tiempo creyendo en Dios, no sabemos nada de ello. Dejame intentar algo contigo. ¿Ves la copa de cristal? Este es mi plan: Voy a hacer a esta copa cantar. Si, cantar! ¿Tienes fe que puedo hacerlo? [Espero repuestas] Mira ahora mientras yo hago esta copa cantar. [Llena la copa de agua hasta la mitad. Sumerja su dedo índice en el agua y frote suavemente en círculo alrededor del borde interno de la copa hasta que la vibración produce un sonido de tarareo. Cuando el tarareo se vuelve más ruidosamente, “está cantando. ¿Lo escuchas?] Nunca subestimes el poder de la fe.

Justo cuando froté mi dedo alrededor de este cristal, el ejército de Israel marchaba alrededor de Jericó como Dios ordenó mientras que los sacerdotes soplaban los cuernos. Debería haber estado cansado de cubrir el mismo suelo una y otra vez cada día, pero obedecieron exactamente a Dios. Como cristianos, podemos estar cansados de tratar siempre con el mismo problema una y otra vez, pero podemos confiar en Dios para ayudarnos. Finalmente al séptimo día después de la séptima vez alrededor de la ciudad, Josué dio la orden y todos gritaron tan fuerte como pudieron. Intentemos ahora, todos griten. [Tápate los oídos] Luego el gran milagro de fe sucedió; las paredes de la cuidad se cayeron, lisas sobre el piso, haciendo una rampa para la invasión del ejercito israelí. Corrieron derecho y quemaron todo. La única familia que sobrevivió dentro de Jericó fue la de Rahab. Ella había ayudado a los espías y fue después parte de la fila de ancestros de Jesús (Mateo 1:5) porque ella había tenido fe en Dios para salvarla.

Arqueólogos (gente que excava antiguos lugares) han encontrado éstas antiguas paredes de ladrillo, y restos quemados de la ciudad. Podemos confiar en lo que dice la Biblia. La Biblia es el registro exacto de la historia. Nada fue retirado de la ciudad. Josué puso una maldición sobre Jericó y nadie volvió a reconstruirla en el mismo sitio otra vez. Dios fue determinado al destruir a la adoración y prácticas al ídolo de Canaan. Comenzó la conquista de Canaan con la milagrosa victoria de Jericó, donde se derrumbaron las paredes.

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