“…pobres en apariencia pero enriqueciendo a muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo” 2 Corintios 6:10 (NVI).
Texto: Juan 14:12-14; Colosenses 3:2
Para mostrar: velas de cumpleaños
Resumen: Si le has pedido a Jesús que entre en tu corazón, tienes todo lo que necesitas.
Hoy quiero hablarles sobre los deseos. He traído unas velas de cumpleaños conmigo (enseñe las velas). ¿Cuántos de ustedes han pedido un deseo antes de apagar las velas del bizcocho de cumpleaños? (Cuente las manos). Déjenme preguntarle a uno de ustedes (seleccione el niño/a), ¿qué deseaste? (Escuche la contestación). Ahora deseo que ustedes pretendan, por un momento, que se han encontrado una lámpara mágica y que un genio sale fuera y está dispuesto a darles un deseo. Puedes pedir lo que quieras. ¿Qué le pedirías? (Escuche la contestación).
La Biblia nos dice algo mejor que los deseos. Se llama oración. El Señor Jesús le dijo a sus seguidores (discípulos) que después de que Él regresara al cielo Él haría cualquier cosa que ellos pidieran en Su nombre. Leamos lo que dice.
(Lea en voz alta Juan 14:12-14) Jesús le dijo a sus seguidores que ellos harían obras mayores que las que Él había hecho. Recuerden que Jesús había hecho milagros y obras maravillosos: había curado enfermos, hizo caminar a personas cojas, le dio vista a ciegos, sanó enfermedades, levantó de los muertos y muchas cosas más. Él les dijo que cuando pidieran en Su nombre, Él lo haría. Y no les dijo que podían pedir sólo una vez. La razón por la cual Jesús desea que pidamos en su nombre es porque Dios el Padre recibe gloria cada vez que pedimos a través de su Hijo, Jeús. Cuando escuchas a un cristiano orar y pedirle a Dios algo, casi siempre escucharás palabras como ésta: “Te lo pido en el nombre de Jesús (Cristo)”. Esta oración le da respeto (honor) al Señor Jesús como el único Hijo de Dios.
En lugar de pedirle riquezas y oro, poder o fama, la Biblia dice que debemos poner nuestra mente en las cosas de Dios.
(Lea en voz alta Colosenses 3:2) Si fuéramos dueños de todo lo que hay en la tierra, no sería nada comparado con la vida eternal con Dios. Algo mejor que el deseo más grande del mundo es pedirle a Jesús que sea tu Salvador. Esto significa el estar realmente arrepentido de todas las cosas malas que has hecho o que vas a hacer y confiar en que Jesús te perdonará. Si le has pedido a Jesús que entre en tu corazón, tenes todo lo que necesitas. Eso vale más que todo el dinero del mundo entero.
Oremos: Querido Señor Jesús, gracias por estos niños. Ayúdanos a darnos cuenta que todo lo que necesitamos es tenerte a tí. Amén.
©2003 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.
Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.