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Saca la Basura

Broma: Una niña pequeña estaba recitando el “Padre Nuestro”, y dijo “Perdona nuestras pasadas de la basura, como también nosotros perdonamos a aquellos que nos pasan la basura.”

Texto: Marcos 1:23-27,39

take out the trashObjeto: Unas pocas bolsas de basura vacías (o una llena solo con papel)

Resumen: Jesús sacó los espíritus impuros. Sacó la basura de la gente. Jesús puede ayudarnos a ordenar nuestra vida.

¿Ayudan en la casa a hacer tareas domesticas? [Escucha respuestas] Cuando yo era chico ayudaba a sacar la basura. Usaba bolsas de basura como estas [muestra las bolsas] para juntar toda la basura de la casa y sacarla afuera. Las bolsas de basura serían muy sucias y olorosas adentro, pero no podías decir lo mismo fuera de la bolsa. ¿Qué pasaría si nunca sacáramos la basura? [Escucha respuestas] Viviríamos en la suciedad y nos volveríamos miserables y malhumorados. Algunas veces la gente tiene basura en el interior de sus mentes y almas. Hoy quiero contarte como Jesús ayuda a gente como esa.

Cuando Jesús comenzó su gobierno enseñaba en la sinagoga, un lugar como nuestra iglesia. Algunas veces la gente que estaba allí tenía problemas. Algunos estaban enfermos y tenían enfermedades mortales. Algunos estaban enfermos de la mente y estaban confundidos. Algunos estaban enfermos en sus almas — en sus espíritus. Tenían espíritus impuros. Tenían basura en su interior pero estaban en la “iglesia” y Jesús podía verlos que necesitaban ayuda.

(Lea en voz alta Marcos 1:23,39.) Jesús hizo lo que seguramente haría yo. ¡Los ayudó! Les quitó los espíritus impuros. Quitó la basura en ellos. Quería que tuvieran espíritus limpios dentro.

¿Saben por qué la gente todavía necesita a Jesús hoy? Cuando PECAMOS es como amontonar basura alrededor nuestro. Si somos malos y herimos los sentimientos de alguien, estamos llevando basura. Si nos enojamos sin razón y permanecemos así, estamos llevando basura. Si decimos malas palabras, estamos llevando basura. ¡Pero Jesús puede ayudarnos! No quiere que llevemos basura alrededor nuestro. Quiere que saquemos la basura de nuestra vida. Quiere que nos arrepintamos y le pidamos perdón. Quiere perdonar nuestros pecados. Si nos arrepentimos, nos perdonará y nos ayudará a limpiar nuestra vida.

©2003 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Él me tocó

Texto: Marcos 1:40-45; Levítico 14:2-4; Salmo 103:3

Objeto: una figura de un doctor o un estetoscopio.

Resumen: Jesús cura a un leproso. Jesús tiene el poder de curar todas nuestras enfermedades.

Poco después del nacimiento de nuestra hija mi esposa necesitaba que le sacaran la vesícula. Nuestro pastor nos visitó en el hospital y nosotros oramos por ella. El Doctor ingresó a la sala de espera después de la operación y nos dijo que los cálculos biliares habían pasado al órgano siguiente, el conducto biliar, y necesitaría ser sacado el día siguiente. Recuerdo el Salmo 103:3 y que es El Señor El que sana todas tus dolencias. Otra vez, les pido que recen con nuestro pastor, y que oremos por su curación completa. Yo sabía que Jesús podía curar todo. Yo solamente necesitaba rezar con fe.

Al día siguiente el doctor vino a la sala de espera después de unas horas en la sala de operaciones. Su cara estaba pálida y él parecía desconcertado. Él explico que había hecho algunos rayos-x (fotos de lo que está dentro de tu cuerpo) mostrando los cálculos del día anterior en el conducto biliar ¡Él no podía realizar la operación porque ahora las radiografías mostraban que los cálculos biliares se habían ido totalmente! Jesús había hecho la operación. Le dije al doctor que yo aún creía en milagros. ¡Jesús es el Gran Médico que curó a mi esposa!
Regresando a aquel milagro, creo que Dios no lo hizo solo para fortalecer mi fe, sino que también para darle un testigo al doctor. Hoy quiero contarte acerca de una persona que tenía una enfermedad terrible llamada lepra que Jesús curó.

(Lea en voz alta Marcos 1:40-45)

La lepra es una enfermedad que causa manchas redondas rojas dolorosas en la piel de una persona y puede causar ceguera y rotura del hueso de la nariz. Hace a la persona verse horrible. No es muy contagiosa, pero podría expandirse después de un contacto cercano de un largo tiempo. Dios bendijo a su gente con avanzado cuidado medico muchos años atrás. Dios le dijo a Moisés como curar a los leprosos. Él los hizo vivir alejados de la cuidad en un área separada. Es llamada un área en cuarentena.

El leproso tenía fe en que Jesús podría curarlo y le rogó a Jesús que lo hiciera. Llenaron a Jesús de grandes cuidados y preocupación. No sabemos específicamente, pero estoy suponiendo que Jesús siguió su camino por la colonia leprosa a visitar al enfermo. Los cristianos todavía vamos hacia a aquellos con SIDA y otras enfermedades para cuidar de ellos como Jesús lo hizo. Luego Jesús hizo algo que nadie estaba dispuesto a hacer. Él tocó al leproso con su mano. Otra gente ni siquiera se acercaría, mucho menos tocarlo. Ellos tenían miedo de contagiarse la lepra.

¿Pueden imaginar que maravilloso debe haber sido para el pobre leproso sentirse tocado por otra persona? Jesús dijo, Quiero, sé limpio. Instantáneamente la lepra dejó al hombre. ¡Él fue completamente curado por las palabras de Jesús! Jesús no tenía que tocarlo, pero lo hizo de todos modos porque sabía cuanto significaría para el leproso. Lugo Jesús ordenó al leproso que se mostrara ante un sacerdote para mantener la ley de limpieza de un leproso. (Levítico 14:2-4) Jesús vino a cumplir la ley, no a eliminarla. Esto no solo fortaleció la fe del leproso, sino también fue un testigo para el sacerdote. Los sacerdotes eran doctores de la ley. Este sería un testimonio para ellos. El hombre estaba tan contento por ser curado que rápidamente difundió la noticia a todos. Él estaba contento de decirles a los otros cuanto había hecho Jesús por él.

Siempre que nos enfermemos, recordemos que Jesús puede curar cualquier cosa. Ruega por curarte. Recuerda agradecer a Jesús por curarte. Así como el leproso estaba contento por ser curado, deberíamos estar contentos de decirles a los otros las grandes cosas que Dios ha hecho por nosotros.

©1999 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Resurrección de la Hija de Jairo

Texto: Marcos 5:35-43

Para mostrar: Un manto de oración o un afiche de un rabino judío usando un manto de oración.

Resumen: Jesús tiene el poder de levantarnos de la muerte.

¡Miren lo que traje hoy! Este un manto de oración similar al que usaba Jesús. Todos los hombres judíos tienen un manto de oración. Se llama el “taliz”. Se usaba para demostrar su dedicación a Dios y su Palabra. Se le da mucha importancia a la vida de oración de la persona. Este manto se usaba al hacer las oraciones de la mañana. Las borlas en las cuatro esquinas fueron entretejidas y amarradas de forma tal que le recordaba a los hombres el obedecer todas y cada una de las 613 mandamientos de Dios escritos en el Torá (los primeros cinco libros de la Biblia) y que el mandamiento más importante era “Jehová uno es”. (Deut. 6:4)

Un día Jesús estaba caminando y muchas personas lo estaban siguiendo. Debido a que él había sanado a muchas personas, multitudes trataban de acercarse a él para tocarlo y ser sanados de su enfermedad. Una mujer que había estaba sangrando por mucho tiempo, tocó la borla del manto y fue sanada por la fe que tenía. Entonces el jefe de la sinagoga (el sitio de adoración) vino a Jesús esperando que él pudiera sanar a su hija, la cual estaba muriendo. En el mismo momento en que él se acercaba a Jesús, algunas personas de su casa venían con malas noticias. Su hija había muerto ya y no había razón para molestar a Jesús.

La Biblia dice que tan pronto Jesús escuchó lo que le decían a Jairo le dijo: “No tengas miedo; cree nada más”. Jesús escogió a Pedro, Santiago y a Juan para que le acompañaran a ir a casa de Jairo. Al llegar a la casa se encontraron con gente llorando y gritando porque la niñita de doce años había muerto. Jesús les preguntó que porqué estaban llorando si la niña no estaba muerta sino dormida. La gente comenzó a reírse de Jesús porque sabían que la niña estaba muerta. Así que Jesús llevó a los padres al cuarto donde estaba la niña con Pedro, Santiago y Juan. Era una costumbre de la época el poner las manos sobre los enfermos para sanarlos. La persona que extendía las manos ponía su manto de oración sobre la persona que iba a ser sanada. Jesús probablemente hizo eso. Él tomó a la niña por la mano y dijo
“Talita cum”. Él le pidió a la niña que se levantara.

¿Saben qué pasó después? ¡La niña se levantó, resucitó! Jesús la había traído de la muerte. Porque Jesús es Dios, él puede hacer cualquier cosa. Como pueden imaginar, la familia de Jairo estaba sorprendida con lo ocurrido? Jesús les dijo que no le dijeran a nadie lo que había pasado y que le dieran algo de comer a la niña. Jesús nos da esperanza de vida eterna, porque él resucitó de entre los muertos para vivir por siempre. Un día él levantará a todos los que crean en él para que vivan con él. Tenemos una gran esperanza y un gran Dios.

©1997 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.

Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.

Lázaro, ven fuera

Texto: Juan 11:1-45

Resumen: Jesús tiene el poder de resucitarnos de la muerte. Es natural y apropiado para nosotros que nos aflijamos cuando alguien se muere.

Dedicatoria: En memoria de Pam, nuestra vecina (1959-1998). Te amamos.

Más o menos una semana atrás una buena amiga, una vecina, fue llamada por el Señor. Era una mujer amable, de solo 39 años, quien criaba a sus hijos bien, amaba a su familia y amigos, y faltará dolorosamente. Murió de cáncer. ¿Alguna vez has perdido a alguien que amabas? ¿Te preguntaste que pasa cuando morimos?

The Raising of Lazarus by Benozzo Gozzoli, 1497.
La resurrección de Lázaro por Benozzo Gozzoli, 1497.

Miremos la historia de Lázaro, quién era un amigo de Jesús. Lázaro estaba enfermo. Estaba tan enfermo que todos tenían miedo que muriera. Sus hermanas, Marta y María, llamaron a Jesús para que fuese a curar a Lázaro. Jesús quería a Marta y a María, pero cuando escuchó esto no se apresuró para ayudarlo. Permaneció en el mismo lugar por dos días. Nosotros no podemos entenderlo, pero algunas veces cuando rezamos, Dios no nos responde inmediatamente, o nos da la respuesta que esperábamos. Luego Jesús les dijo a sus seguidores Lázaro está muerto. Luego viajó a un pequeño pueblo afuera de Jerusalén llamado Betania. Cuando llegó, Lázaro había muerto hacía cuatro días.

Cuando Jesús llegó al pueblo, Marta fue a su encuentro. Estaba muy triste. Estaba molesta porque Jesús no había llegado más rápido, aún ahora, sabía que Dios le concedería cualquier cosa que pidiese. Jesús dijo, Tu hermano, resucitará. Al principio, Marta pensó que Jesús se refería a que levantaría en la resurrección de los creyentes al final de la vida. No tenía idea que Jesús iba a resucitar a Lázaro ese día.

(Lea en voz alta Juan 11:25,26) Después de escuchar a Jesús declarar que tenía el poder de resucitar gente de la muerte, Marta respondió con fe con una hermosa confesión que Jesús era su Señor y Salvador. Ella sabía que era el Hijo de Dios y que podía hacer cualquier cosa. Entonces ella fua a buscar a María, su hermana. María corrió al encuentro de Jesús y estaba cerca de la cueva del entierro. Ella estaba llorando y muy triste. Ver a todos llorar por la muerte de Lázaro hirió los sentimientos de Jesús. Incluso Jesús lloraba con ellos porque también amaba a Lázaro. La Biblia dice Jesús lloró. (Verso 35, éste es el verso memorial mas corto que conozco).

Cuando muere un miembro de la familia o un amigo cercano, nos afligimos. Significa que nuestros corazones se están rompiendo porque queríamos a esa persona tanto que la echaremos de menos. Recordamos todos los buenos momentos que compartimos. Lloramos grandes lagrimas. Es natural y apropiado que lloremos cuando alguien muere. Algunos niños piensan que llorar es solo para niñas y que es cosa de maricas. Eso no es verdad. Nota que incluso Jesús lloró cuando Lázaro murió. Está bien llorar caundo laguien muere porque lo extrañaremos.

María le dijo a Jesús que si él hubiera estado allí Lázaro no hubiera muerto. Ella había visto a Jesús curar gente y sabía que él podría haber evitado eso. Ella estaba enojada. Cuando alguien que queremos muere, algunas veces nos enojamos y decimos cosas que no deberíamos haber dicho a aquél que amamos. Deberíamos tratar de reconfortar a aquellos que están en la situación que estuvo Jesús. Jesús le dijo a la gente que retiraran la piedra del sepulcro donde Lázaro yacía. María pensó que era una mala idea porque el cuerpo se decaería y apestaría después de estar cuatro días en la tumba. Pero Jesús sabía que El Padre Dios había causado esta demora. Era para mostrarles que Jesús tenía el poder sobre la muerte. Jesús se arrodilló y dijo una oración en voz alta, agradeciéndole a Dios por que iba a hacer. Él había hecho esto como un testigo de los que estaban mirando. El no hizo esto para lucirse. Incluso cuando vas a McDonalds o a Hardees, si dices una oración silenciosamente, aunque Dios sabe que estás agradecido, luego otros alrededor tuyo verán que eres cristiano.

Luego el lloró en voz alta, Lázaro, ven fuera.

Luego el alma de Lázaro, la cual estaba en el cielo, fue llamada de regreso a su cuerpo y resucitó de la muerte. Él salió con el paño del entierro todavía enrollado alrededor suyo. Todos lo vieron y se sorprendieron. ¡Jesús había resucitado a Lázaro de la muerte! Cuando creemos en Jesús como Señor, cuando morimos nuestra alma va al cielo y espera la resurrección del cuerpo. Vendrá el día en que Jesús llamará a todos los creyentes para reunirse con sus cuerpos. Veremos a nuestros muertos amados otra vez y los reconoceremos. Jesús nos dará un nuevo cuerpo que durará por siempre. Esto nos da una gran esperanza. Me recuerda al himno “Cuando todos lleguemos al cielo, ¡que día de regocijo será! Éste es uno de los más grandes milagros de Jesús y que prueba que él es el Señor y que tiene el poder sobre la muerte.

©1998 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados.