“Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10) .
Para mostrar: un jarro de agua grande y una piedrita.
Resúmen: La meta es que nuestra voluntad y la de Dios vayan a la par al trabajar para él. Cuando hagamos eso, nuestros esfuerzos tendrán un efecto de onda, comenzando con nosotros y afectando a todos los que nos rodean.
En ocasiones me gusta leer las tiras cómicas del periódico. Si el impresor no alínea los colores bien, la imagen sale borrosa y se ve manchada. Si los cuatro colores se alínean adecuadamente entonces el resultado es una imagen clara de lo que el artista desea hacernos ver. Este ejemplo es una buena manera de pensar en cómo lo que queremos hacer y lo que Dios desea que hagamos en el mundo sea igual. El Señor Jesús nos enseñó esto en la oración del Padre Nuestro: “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10).
Siempre me he preguntado porqué se usaron las palabras “en la tierra” en lugar de “sobre la tierra”. Entonces recuerdo que Dios dijo que formó a Adán del polvo de la tierra. ¡Fuimos formados del polvo de la tierra! (Génesis 2:7). Así que cuando estamos buscando que el reino de Dios, debemos comenzar buscando dentro de nosotros mismos. Hay dos reinos que deben alinearse: el reino físico de las cosas en la tierra y el reino espiritual de las cosas en el cielo. Cuando los dos reinos están alineados, entonces es que nuestro espíritu está alineado con el Espíritu Santo de Dios. Entonces la voluntad de Dios es hecha aquí “en la tierra” porque está trabajando a través de nosotros.
Una forma de saber la voluntad de Dios es orando. Así que el Señor nos enseñó a orar y buscar Su voluntad. Lo que resultará de todo esto es que se notará una gran diferencia en todo nuestro derredor. Tendrá un efecto de onda. Mira este jarro de agua. (Enseñe el jarro). Observa lo que sucede cuando dejo caer esta piedrita en el medio de ella. (Déjela caer y mire la onda que crea). Esto es lo que quiero decir por “efecto de onda”. Comienza en el medio, contigo, como si fueras una piedrita en el esquema grande de las cosas. Pero cuando tu voluntad está alineada a la voluntad de Dios, ella hace un efecto muy grande. Se esparce en todas direcciones más allá de lo que puedas imaginar.
Oremos: Querido Señor Jesús, ayúdame a orar y a entender lo que deseas que haga para que se logre el efecto de onda en todos aquellos que me rodean. Amén.
©2005 por Jim Kerlin. Todos los derechos reservados. Las traducciones en español por Zulma M. Corchado de Gavaldá.
Escritura tomada de la Biblia de Estudio NUEVA VERSION INTERNACIONAL®. El derecho de autor© 1973, 1978, 1984 Sociedad Bíblica Internacional. Todos los derechos reservados mundialmente. Utilizado con el permiso de la Sociedad Bíblica Internacional.